miércoles, 27 de agosto de 2014

INDIANA JONES... SEGUNDA PARTE

¡¡¡Hola seguidores!!!

Como os prometí, aquí voy con la segunda parte de mi aventura. Si recordáis, nos quedamos en el momento en el que una grandísima hija de p... , en forma de avispa, me inyectó su letal veneno mientras mi compañera de fatigas, corría campo a través descojonandose de la situación.
Atravesamos el follaje hasta llegar a una valla que rodeaba el monasterio. De nuevo, otra barrera a franquear. Estudiamos cada centímetro de alambre, en busca de un hueco por el que introducir nuestros diminutos cuerpecicos y, hete aquí, que nuestra búsqueda tuvo sus frutos. 
Frente a la puerta tapiada que daba acceso a la capilla del monasterio, la valla se abría ante nosotras para dejarnos entrar al siguiente nivel.
Y aquí fue dónde casi abortamos la misión. La única entrada "oficial", se encontraba cerrada con una puerta de rejas y un candado.
Hicimos un "brifin" y analizamos friamente la situación, cual pareja finalista en el "Un, dos, tres... Responda otra vez".
"-Hemos llegado hasta aquí. Estamos muy cerca tuin- le dije a mi amiga.
-Ya, pero es imposible entrar. ¡Dios! No he venido aquí para ser una delincuente.
-Y no somos delincuentes. Somos investigadoras de lo abandonao. ¡Acaso no ves todo lo que nos espera detrás de esa puerta!"
Y fue justo en ese momento cuando un señor muy amable que volaba en paréntesis... parapeto... bueno, eso que es como un paracaídas pero alargao... , bajó, me pidió el pedrolo (indispensable en toda aventura de dilinquismo de investigación) y nos abrió un agujero en una de las ventanas para que pudiéramos entrar sin problema en aquel monasterio.
Nos asomamos a comprobar lo que había dentro y justo cuando nos volvimos a darle las gracias a aquel desconocido, nos percatamos de que ya había surcado los cielos en busca de otros pedrolos a los que lanzar.
Y, así fue, como gracias a un héroe anónimo, superamos aquella última barrera y nos metimos en aquel monasterio que pedía a gritos ser fotografiado, eso sí, con todo el respeto del mundo. 
Y, fruto de aquella visita, son estas instantáneas que os dejo a continuación. Espero que las disfrutéis. Nosotras, desde luego, lo pasamos en grande. Fue una experiencia única y, por supuesto, repetible.

P.D. Algunas de las situaciones de este relato son algo fructíferas... fictosicas... vamos que no son virídicas, virídicas... (pa no ir a la cárcel, más que na).















No hay comentarios:

Publicar un comentario