miércoles, 13 de agosto de 2014

INDIANA JONES... ¡POR UN DÍA!

¡¡HOLA MIS QUERID@S FANES!!

Perdón por este retraso pero he tenido que abandonar mi domicilio para tomar el sol y pegarme unos cuantos chapuzones en compañía de mi familia. Era "menester" tomar un respiro.

El caso es que, además de relajarme entre niños gritando y salpicando arena y agua, esquivar a unos cuantos abuelos flotantes y pasar más calor dentro del agua que fuera, he tenido una experiencia única. 

Ya que seguís atentos a la pantalla, os lo contaré. 
En una entrada anterior os hablé de mi vena "friki". Pues bien, he aprovechado este respiro vacacional para sacarla a pasear.
Hablé con mi amiga murciana, a la que llamaremos Tuinsol (para proteger su privacidad) y me comentó  que no muy lejos de mi paraíso playero, había un lugar digno de visitar. No me lo pensé dos veces.
Preparé mi mochila con los aparejos necesarios para estas ocasiones de aventura y riesgo: 
- Un par de linternas.
- Una navaja.
- Unos walkies.
- Unos guantes.
- Una aspiradora.
- Un kilo de plátanos.
- Una bolsa de pipas.
- Unos prismáticos.
- Una cuerda de 20 metros.
- Un martillo percutor.
- Una vieja del visillo tipica de la zona.
- Y un pedrolo.
Llegado el día, nos vestimos para la guerra y nos dirigimos al lugar en cuestión. 
Lo primero que hay que hacer al llegar, es realizar un reconocimiento de la zona y localizar el sitio por el cual acceder. Hecho.
Lo siguiente, aparcar el coche en un lugar lejos de la vista de los viandantes ya que vamos a realizar algo "ilegal"y si encontráramos algo de follaje para mimetizarlo con el ambiente, mejor que mejor. Hecho (hay que matizar que lo nuestro no es vandalismo si no "DILINQUISMO DE INVESTIGACIÓN").
En esta ocasión, hubo que saltar un muro de unos dos metros. A la vieja er visillo típica de la zona, la dejamos con el martillo percutor haciendo agujeros para desviar la atención con el ruido, por si teníamos visita.
Tuinsol se decidió a saltar la primera. Con arrojo, valentía, un par de... ovarios y un empujoncico en el culo, llegó a la cima del muro para, acto seguido, desaparecer tras él.
Todo estaba ok salvo un pequeño detalle: el lugar elegido, ocultaba un panal de avispas. Y, por qué no, ¡me picó una jodi.., put..., cabro... avispa de mierdaaaaa! Que dolor señor. Creí que aquel sería mi último día en la tierra y ni siquiera había sido capaz de acercarme al edificio.
"¡¡¡Sálvate tú!!! ¡¡Y dile a mi familia que les quieroooo!!" Esas fueron las palabras que le grité a mi querida amiga. Pero ¿sabéis lo mejor? que ella no las oyó porque ¡¡¡ se estaba descojonando mientras corría campo a través !!!
Ten amigos para esto.
Como fuera, me recuperé y continué lo que había ido a hacer: entrar en aquel mágico enclave... Pero eso, ya os lo contaré en la siguiente entrada.
Estad atentos porque merecerá la pena. Mientras, os dejo alguna foto para que vayáis abriendo boca.




4 comentarios:

  1. Ya sabes, donde hay piedra..ay agujero...la vieja del visillo sabe de eso..jijiji

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  2. Y tú bien sabes que la vieja er visillo y el pedrolo.. Es lo que le da calidad al Dilinquismo de Investigación!!!

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  3. La calidad al asunto tb se la dá el realismo con el que nos cuentas las cosas...

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    1. jajajajajaja Pero qué grande eres hermanita!!! Ya sabes la vena literaria que llevamos en los gérmenes.

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