Ya sabéis que una de mis mayores alegrías es conseguir arrancar una sonrisa a todo aquel que se tropiece conmigo. Quizá (y sólo quizá) tenga un humor un poco especial y sea capaz de espantar a más de uno la primera vez pero, quienes han sido valientes y se han quedado a mi lado, han podido disfrutar de todo mi esplendor humorístico jajaja ¡Es broma! O no.
Bueno, el caso, es que siempre me he caracterizado por ser algo "payasa", "gansa"... Llámalo X.
Pero ahora, voy a ser seria.... En serio.
Una de las "maletas" emocionales más pesadas que llevaba a mis espaldas, es la que iba (y digo "iba", pasado del verbo ir) cargada de valoraciones negativas, que yo misma me hacía.
Me explico (y no se si a algun@ os habrá pasado): ¿cuántas veces os habéis dicho a vosotros mismos "yo no soy capaz...", "soy idiota...", "no valgo para nada..."?
Está claro que en medio de una depresión, como la que yo tenía, es "lógico" tener ese tipo de pensamientos, pero me he dado cuenta de que antes de eso, también he tenido un concepto un poco malo de mi misma. Y, os puedo asegurar, que cada uno de esos, llamémoslos, negativismos, pesan una barbaridad.
Así que, como mi lema para este año es "Ligera de Ekipaje", tomé la decisión de acabar con ese peso muerto.
¿Que cuál es mi límite? Pues no me he puesto ninguno. Ponerte límites es ponerte un ladrillo encima de la cabeza que no te permite disfrutar con libertad del proceso.
He dejado de escuchar a quienes decían que no era capaz. He dejado de decirme a mi misma que no puedo hacer según qué cosas. Si puedes soñarlo, puedes hacerlo.
Hay una frase muy buena de una canción de Rosana que me encantó: "...supe que a Imposible, le sobran dos letras".
Esa es la actitud. Nada de ni siquiera intentarlo. Equivocarse también ayuda aunque nos parezca que no. No hay barreras para llegar tan lejos como queramos llegar.
El límite sólo lo ponemos nosotros y, como he dicho antes, yo no pienso ponerme ninguno.
Mi mujer siempre me dice que lo positivo atrae lo positivo... Y tiene razón.
Nada de peso muerto en mi maleta. Se acabó.
Y, después de esta reflexión metafísica, a la par que filosófica, que espero no os haya aburrido demasiado, os dejo un vídeo que tenéis que ver sí o sí.
De verdad, el ser humano es extraordinario, maravilloso... Único. Y aquí, tenéis algunos ejemplos dignos de conocer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario