¡QUÉ TAL LO LLEVÁIS!
Está claro que si quiero cumplir mi reto, tengo que hacer algo más de deporte. Hablé con mi "personal trainer" (leerlo como si tuvierais un chicle en la boca, es más chic juas juas) y a parte de mandarme otra de esas infernales tablas, me dijo que me diera paseos en bici.
Y aquí está mi compañera de pedales. Es una maravilla. Aunque he de reconocer que termino con el pandero hecho picadillo. ¡Dios mío! ¡Qué dolor! ¿¿¿Pero es que no hay un pu...(pííííííííí...) deporte en el que no haya que sufrir???
Si voy al gimnasio, sufro y no veas cuanto.
Si salgo a correr (y más por la zona en la que vivo), sufro un huevo! No hay más que cuestas, da igual el recorrido que elija, siempre pillo las odiosas cuestas.
Y si me subo en mi bici, a las cuestas, que no desaparecen por ir sobre ruedas, se le suma el dolor de culooooooo! ¿Que fue de aquel sillón de la BH de toda la vida?
¿Os acordáis? En una muy parecida a ésta, montábamos mis hermanos y yo. ¡Cómo molaba ir de pie en el asiento de atrás o sentada en el manillar!! Juas! Y ese asiento... ¡Eso si era comodidad!
¡Qué tiempos aquellos! Sin problemas de piñones, platos, frenos de disco, .... También hay que decir que por aquel entonces, el tamaño de mis posaderas, era considerablemente más reducido...
En fin, volviendo al siglo XXI y cerrando el baúl de los recuerdos (por ahora), aquí me tenéis. Haciéndome el "Chelfi" de rigor en la mitad del recorrido.
Sumaremos a mi planing de entrenamiento estos 20 kilómetros y espero ansiosa a que llegue el lunes para ver si me puedo superar!!!
Al final lo de la bici puede ser que me enganche jejeje.
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